Hace unos días mientras festejaba el cumpleaños de una total desconocida, sonó una canción que me retrocedió diez años y en todo mi estado de ebriedad, vi a Diego diciéndome "no has cambiado en nada gorda".
A la mañana siguiente aunque dije que ya no pasaría nada, me descubrí alistándome para ir a verlo nuevamente y mientras me pintaba los labios, me llamó y el corazón otra vez empezó a latir rápido, me dio un retorcijón y finalmente conteste, como si los días no hubieran pasado al vernos nos reímos nuevamente como la primera vez, coqueteamos nuevamente como la primera vez, cuando me beso se sintió como la primera vez, cuando me hizo el amor se sintió como la primera vez y caí en la pregunta que me hice hasta hace menos de un año ¿estoy enamorada?
Terminado el fin de semana y ya sin la euforia del amor que me tenía un poco atontada, me pregunté ¿hacia dónde voy? Y no, hago mal en preguntar tal cosa porque como dijo Diego entonces no he cambiado nada, sigo siendo la misma niña inestable de 15 que simple y sencillamente no sabe lo que quiere, aunque por momentos sé lo que quiero y al querer tanto termino perdida en mí misma.
En mi vida solo una vez supe lo que quería con convicción y ahora creó en ese dicho que la persona que tienes a lado te complementa, fue la etapa donde Nicolás, mi primer amor estuvo en mi vida, supongo que es por eso que no quería dejarlo ir, pero siguiendo el ritmo del escrito, me pregunto en este instante ¿estoy segura que quiero algo en especial con él o solo me estoy dejando llevar por el romanticismo?
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